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Delmar Domingos de Carvalho

Excertos do livro

Vegetarianismo, a solução para uma vida e um mundo melhor

PRÓLOGO

El padre del escritor Jorge L. Borges decía a su joven hijo, mostrándole una carnicería y un cuartel cercanos: míralos, hijo, porque pronto serán reliquias del pasado.

La predicción del Sr. Borges resultó muy optimista, y un siglo después aún devoramos a los animales y resolvemos nuestras diferencias por la fuerza de las armas. Pero hay llamas que nunca mueren. Como parte de las preguntas eternas que la humanidad se formula, aparece siempre la alimentación. Y no es para menos: con una dimensión biológica, cultural, social, psicológica, ética y espiritual, la alimentación siempre cuestionará al ser humano. Desde que tenemos memoria histórica el vegetarianismo fue jardín favorito de místicos, pensadores, precursores y gentes extrañas de toda índole. Lo que en una generación es extravagancia aparentemente impracticable, en otra se transforma en algo cotidiano y asumido. Pensemos en las libertades políticas, en la educación universal, en la promulgación de los derechos humanos, en las recientes promulgaciones de los derechos de esos otros homínidos que son los grandes primates…Por insuficientes o poco afianzados que nos parezcan los logros, muestran el signo de los tiempos de una especie que se siente llamada a crear en paz y a lograr lo que se proponga, por mucha oscuridad que aparentemente la rodee. Prometeo es nuestro mito colectivo, en su versión occidental.

El vegetarianismo no es patrimonio de grupo o ideología alguna. Cada vez más es un movimiento de gentes plurales, que levantan un mundo mejor empezando por algo tan íntimo, tan básico, como los nutrientes que construyen sus propios cuerpos.

Esta tendencia avanza con más fuerza que nunca y a sus dimensiones ya enunciadas podemos añadir otra más moderna y bien estudiada: la ecológica. El desastre ambiental que supone mantener la crianza de ganado vacuno, por ejemplo, no es sostenible. Cantidades ingentes de agua y proteínas vegetales de alto valor biológico que podrían saciar el hambre de continentes enteros se malgastan. Las emisiones de metano del aparato digestivo de estos animales contribuyen al calentamiento global. Si alguien tiene hoy en día conciencia ecológica, puede realmente hacer mucho por el planeta reduciendo su consumo de carne.

El vaticinio del padre de Borges sigue sin cumplirse, pero es cuestión de tiempo. Los problemas globales relacionados con la alimentación empujan a la humanidad, y la ponen una y otra vez frente a respuestas tan sencillas con inofensivas. Respuestas que, ante todo, moran en nuestro interior.

Fiel a un estilo propio, el escritor Delmar Carvalho trata este tema con su sensibilidad, intuición y capacidad de síntesis habituales. Sólo puedo, amable lector o lectora, dirigirle hacia las páginas de este libro, donde podrá reflexionar, discutir, aprender, sentir y repensar su propia vida, si así lo desea.

Luis Blanco Andrés

Médico de familia. La Cabrera, España.

Prólogo em Portugués